Una vez estuve con la niña de la dentadura perfecta, cuando sonreía salia el sol y se iba la luna...(y viseversa) Tenía admiradores a montones, que le regalaban dulces y bombones, pero claro, ella no los comia; pues sino su dentadura se le caeria.
Las otras niñas la envidiaban, cada vez que pasaba frente a ellas, estas se codeaban y la imitaban, pero ella muy pintosa no sentía recentimiento, pues ella sabia que los celos las comian dentro.
Un desafortunado dia, la niña cayo al suelo y su boca se golpeó contra el pavimento. Muy asustada corrió a un espejo, sonrió y algo espantoso observo: uno de sus dientes habia caído, los ojos se le inundaron y se echó a llorar, mientras las otras niñas al enterarse de lo ocurrido, empezaron a festejar.
Salió disparada del cuarto y su diente empezó a buscar, si de casualidad lo encontraba, pegamento lo iba a dejar en su lugar. Tras horas sin hallar ni un solo pedazo, se sintió Picasso y se lo decidió pintar.
El efecto no duró mucho, pues la saliva sacaba los colores y la pintura le estropeaba el aliento, mas, no se logro ni acordar los colores que le habian costado perfeccionar. Ya sin ideas, no le quedó mas que sentarse a meditar una solucion para poder su preciado diente reemplazar.
Sin darse cuenta, las horas vinieron a ser días; los días, meses y los años volaron trece.
Y de la niña de la dentadura perfecta, nadie recuerda ni entristece.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario